HACIENDO DEL PLANETA UN LUGAR DE PAZ Y ALEGRÍA

Planeta Tierra - Palomas de Paz

LA AMADA SEÑORA ASTREA:

1955

Hijos del Único Dios Eterno, he venido en respuesta a la llamada de corazón de la gente de la Tierra, y particularmente a petición de los estudiantes conscientes de la vida, por el propósito de la limpieza y purificación de los reinos psíquico y astral de la efluvia que ha sido arrojada hacia dentro de la atmósfera a través de los centros creadores (pensamiento y sentimiento) del hombre durante muchas, muchas eras.

El servicio del Amado Claridad (el Elohim de la Pureza) y el Mío Mismo es la transmutación y purificación de las energías de la Tierra, su atmósfera y su gente…

Aquí los Amados Helios y Vesta Nos instruyeron servir y aquí hemos morado desde el principio de la creación del planeta, sosteniendo la perfección del diseño que esos grandes Seres han visualizado para esta Tierra.

El alma o conciencia del hombre no es sino una acreción de conceptos humanos! ¡Mediten esto!

¡El hombre no ascendido que no ha tenido la maestría de los seis pies de sustancia (el aura personal, en la cual mora) — no obstante, enfrenta la Deidad a despecho de la Voluntad Divina!

Ahora hemos venido a la atmósfera de la Tierra con un propósito en mente – prestar un servicio de purificación a la vida evolucionando sobre ésta.

A través de su aceptación de Nuestra Presencia, Nuestra radiación fluye a través de los cuerpos mental y emocional de toda la humanidad, así como también hacia dentro de los reinos animal y de la naturaleza con el pleno Poder Cósmico, acumulado del Elohim de la Pureza y de Mi Misma.

Los Amados Helios y Vesta (los Padres-Dioses del sistema) han dado la propia sustancia de Sus vidas a Su creación. Ellos han conferido sobre las corrientes de vida que Ellos atrajeron desde el reino de la Gran Primera Causa Su propia inteligencia y poder creador.

¡Hagan del hermoso planeta que ha sido preparado tan amorosamente para ustedes una orbe brillante – un lugar de paz y alegría – un verdadero hábitat para el Ángel y Dios!

¡Permitan que su radiación fluya hacia el espacio interestelar, haciendo una contribución feliz a la armonía y música de las demás estrellas y esferas!

Dios les bendice.

Astrea

La Palabra, mayo 1990 -extractos-

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