LA CONCIENCIA CRÍSTICA, UNA ACTIVIDAD NATURAL DE ARMONÍA Y EQUILIBRIO
EL AMADO SANAT KUMARA:
Santo Domingo, 22 de Febrero de 1982
Que alegría es para Mí estar en medio de los niños de la Tierra, quienes están llenos con tal amor, todo el amor de sus seres.
Entren a Mi Estrella, si lo desean. Uso la palabra “Estrella” porque es un símbolo tan cercano a Mi Ser, y la mayoría de ustedes saben que Yo he colocado una Estrella dentro de cada una de sus auras y en cualquier momento que deseen agrandar esa Estrella y pararse dentro de Ella por favor sepan que están envueltos en el Amor de Mi Ser.
Benditos son ustedes quienes están cumpliendo el Plan Divino para sus propias corrientes de vida. A medida que la Luz Crística dentro de ustedes se expanda, les presentaré todo el ímpetu de Mi Ser para ayudarles, no solamente para alcanzar sino mantener ese estado elevado de la conciencia para el resto de su estadía en la Tierra.
Ahora bien, la Conciencia Crística no se alcanza o se sostiene mediante ESFUERZOS VIOLENTOS en forma alguna. Esta es una actividad natural de armonía y del equilibrio del Sendero del Medio.
No hay favoritismo… si ustedes aman una parte de la vida, envían ese Amor a todo, y sea que ellos lo sientan o no, éste se añade y da asistencia a ellos para que se armonicen con la Inmortal Llama Triple dentro de sus Corazones.
Por favor recuerden que cada uno de ustedes como células individuales en el Corazón del Todopoderoso, están brillando con tal Luz, tal Luz, que han atraído la atención de todos estos grandes Seres, y ustedes no son meramente pequeñas estrellas centelleando, sino que son grandes estrellas viajando en el Universo y dando una tremenda bendición a todos los Reinos y una poderosa bendición a la Madre Tierra, la Amada Señora Virgo, Quien hace eones no ha sido capaz de emplear la vestidura que es la Expresión de Su Ser Divino.
Dulce Madre Tierra, cuanto te amamos —y en retorno Ella dice “estoy tan profunda, profundamente agradecida a los niños dedicados que caminan sobre la superficie de este Planeta, la cual es Mi vestidura y estoy agradecida de que a medida que ellos la hollen, sus pasos sean mucho más ligeros y de que naturalmente todos los Elementales sientan la liviandad y estén regocijándose cuando cada pisada emita un tono de armonía”.
Diciendo así mis amorosos seres. Yo, Sanat Kumara, Me inclino en profunda gratitud por su Amor y Luz. Gracias por su atención.
La Palabra, mayo 1982