EL CIERRE DEL CICLO ANUAL
El Boletín,Vol. 1, Nº 26, Págs. 124 – 128
7 de diciembre de 1952
Una de las actividades más hermosas relacionadas con el cierre del ciclo anual es la ceremonia mística por medio de la cual los Señores del Karma cierran el Libro de Vida individual, para cada corriente de vida encarnada sobre la Tierra durante el período de los doce meses que han transcurrido.
Este ceremonial toma lugar en la última noche del año viejo en el Gran Templo del Karma ubicado dentro del Cinturón Etérico. Es un servicio particular para los individuos encarnados y, aunque incluye a aquellos que tuvieron alguna cuota de una encarnación dentro del año, no incluye a los desencarnados o aquellos que no han tenido una experiencia Terrenal activa al menos durante una hora de los doce meses.
Esta es la Función misericordiosa de la Junta Kármica y es realizada a fin de permitir a las corrientes de vida de la raza ser liberadas de una parte de los errores y fallas hechas el pasado año, no tanto a través de la desobediencia intencional a la Ley como a través de la falta de discernimiento, discreción y discriminación.
Cada corriente de vida pasa por los Salones del Karma y su carga es aligerada de acuerdo a la intención de sus motivos durante los pasados doce meses.
De ese modo, todos son capacitados para entrar alegremente a los Concilios del Año Nuevo y recibir el beneficio más grande posible desde las energías directivas de los Seres Maestros Quienes establecen la Nota Tonal para el año venidero.
Los Mismos Señores del Karma permiten a la corriente de vida de cada individuo, al cierre de cada año, un cierto porcentaje de Gracia y Misericordia que mitigue en cualquier parte desde uno a cuarenta o cincuenta por ciento de las deudas kármicas del año; y esta Misericordia siempre es medida contra los motivos detrás de toda acción.
Después que los Señores del Karma han medido la Luz de las corrientes de vida, cada una es entonces colocada dentro del Fuego Ceremonial de Purificación que es proyectado y sostenido, naturalmente, bajo la dirección del Amado Maestro Saint Germain con la ayuda y sustento del Reino Angélico y los Iniciados que son educados en la dirección y sostenimiento del Fuego Sagrado en Su aspecto purificador.
De ese modo, consciente o inconscientemente, cada corriente de vida sobre el planeta prueba y experimenta dentro de su propio cuerpo la acción purificadora del Séptimo Rayo al cierre de cada año, y el alma y los cuerpos internos avanzan desde esta purificación con una mayor oportunidad para progresar y con menos acumulación de una naturaleza que ata.
De seguro, debe ser entendido que cada corriente de vida recibe la cantidad máxima de Misericordia y Gracia que su propio mérito durante el pasado año le ha permitido a él.
Amor y Bendiciones,
El Maha Chohan
CS VOL.XII- Nro 49 – 1990 -extractos-