SU TAREA ES TRAER LA PAZ

Luz

LA SEÑORA HIGIA:

BadHerrenhalb, Alemania,
29 de Mayo de 1986

Siempre lleven puesta una vestidura de amor, esa Llama Rosa, esa Esencia Sagrada, envolviendo a toda vida trayendo a todo el mundo más cerca de su presencia interna, «YO SOY», porque «YO SOY» es «YO SOY» en todas partes.

Para sostener la curación, uno debe morar en fe, en amor y aceptar el gran regalo conferido sobre ellos.

Oh hijos de la Única Luz, que privilegio tienen ustedes de tener el conocimiento de la curación y de la Gran Presencia de Vida dentro. Porque saben que es su tarea sobre este planeta traer la paz, y la paz siempre está envuelta en amor.

La paz es unidad, el Único Espíritu del Todopoderoso, envolviendo completamente a este globo. Sin separación de estado, país o caserío. Porque en la Unidad, sabemos que todos los corazones están unidos como Uno.

La lección más grande que uno puede aprender es que «YO SOY» mora dentro. Y es dentro de esa aceptación que uno adelanta en la Luz actuando como un magneto, un mostrador de camino para su compañero viajero.

Han escuchado mucho hoy de las diversas actividades que están tomando lugar, la Luz de los Soles de los Sistemas, envolviendo a uno y a todos, porque donde uno pisa todos son bendecidos.

Es Nuestro gran privilegio, de todos los miembros de la Jerarquía Espiritual, de todos los Seres y Soles de Luz en todas partes bendecir, bendecir y bendecir a ustedes por su gran deseo, por sus esfuerzos físicos y sobre todo por el abrazo amoroso de toda vida que fluye hacia afuera desde este querido grupo y a medida que lo hacen toda vida en todas partes siente el abrazo del Todopoderoso.

Queridos corazones de Luz, en todas partes, Me inclino ante la Presencia de Dios dentro. Acepten este mensaje simple y salgan sabiendo siempre que ustedes son un servidor de la Luz y al hacerlo esa Luz dentro de su ser se expande, y la poderosa fuente de vida, esta bendita Tierra, es envuelta en amor, en paz y Luz.

Queridos Corazones de Luz en todas partes, sientan el amor que les enviamos y acepten Mi humilde bendición. Gracias.

HIGIA

CS VOL.VIII – Nro 24 – 1986

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