AHORA ES EL MOMENTO DE EMITIR LA LUZ QUE SON

Llama Dorada

EL AMADO SEÑOR GAUTAMA:

(Shamballa, Long lsland)
4 de Abril de 1985

Entren al abrazo de toda Luz, Mis queridos co-servidores.

Les doy la bienvenida a ustedes, a cada querido ser, corazón paciente, amoroso, luchando con sus esfuerzos a través de los años que ahora están mostrando gran promesa. Nunca se duerman sobre sus laureles.

Tomen cada día como el siempre presente ahora. Ahora es el momento, este mismo instante, de emitir la Luz que son.

En ese salón trono de su ser, arrodíllense siempre ante la gran Presencia Toda-Penetrante del Dios Padre Madre, del cual ciertamente son una célula.

No es glorioso a este período de su vida después de preguntarse y preguntarse: «¿Haré esto? ¿Haré aquello?».

Han enderezado sus espinas dorsales y caminado hacia adelante en el sendero de la Luz por lo cual, los de la Jerarquía están verdaderamente agradecidos, como saben seguramente. Porque en sus seres sienten esa pulsación, la única pulsación del Dios Padre-Madre.

¡Oh Hijos!, que gran, privilegio es para Nosotros estar aquí y decirles, son verdaderos co-servidores en la Luz, llevando la bandera de la Liberación dondequiera que vayan. Uniéndose con la vibración de Luz que está llegando a ser muy predominante sobre esta Tierra para aquellos que tiene ojos para ver y oídos para escuchar.

Y en el mundo de sentimiento de mucha gente que encuentren estoy seguro que notarán una diferencia en su respuesta ante su presencia.

Algunas veces sólo una sonrisa eleva la acción vibratoria de su co-servidor en este planeta, ayudándoles en lo que podía haber sido un día fatigoso, no habiendo ellos entrado profundamente dentro de la Unidad del Ser.

En la Unidad es lo que verdaderamente Nosotros todos estamos esforzándonos; esforzándonos para ayudar a cada compañero viajero, a cada elemental, a todos los reinos para elevarles más alto, siempre más alto en sus acciones vibratorias.

Sientan el Amor, sientan la Luz de los Poderosos Helios y Vesta abrazándoles como si Ellos estuvieran colocando un manto de Luz Dorada alrededor de sus hombros.

Siéntanlo hijos, siéntalo…

Inclinándome ante la Luz de toda Vida, les doy gracias por su atención. Dios les bendice

Gautama

La Palabra, mayo 1985 -extractos-

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