La Ley del Circulo

Conciencia Divina edit

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Cuando el hombre ha avanzado desde el Corazón del Padre hacia dentro de la forma humana, se puede decir que ha dejado detrás de él un túnel, y si él escogiera retroceder en el tiempo y mirar a través de las centurias que han sido dejadas atrás antes de que el tiempo fuera, aún podría ver la Luz del Hogar del Padre y el pequeño pero remoto contorno de su propia Presencia “YO SOY”.

A fin de completar su círculo de existencia, él puede ganar la fuerza de aquel contacto que ha sido no más que el de su propio corazón; debe enviar el círculo hacia adelante y proseguir desde el regreso hacia dentro del Reino del Hogar desde donde él vino.

La Memoria Divina y Eterna, la conciencia y la Belleza que ha sido desde el principio de los tiempos, se convierten en una parte de las túnicas del logro de la corriente de vida; parte de la cosecha que será acumulada y traída por el hijo que regresa, pero él no puede avanzar hacia atrás, sino hacia adelante en su viaje al estado del Ser Completo.

La Ley del Circulo es un bello estudio, porque así como el poder del viento llena las velas del bote para poder llevarlo a lo largo de su curso escogido, también el ímpetu de todas las bellas experiencias que han sido desde el principio de los tiempos, se convierte en una presión que el alma puede utilizar en cualquier instante para llevar consigo  hacia adelante el Sendero hacia la Perfección.

Mientras más fuertes las experiencias de Luz del corazón en las centurias que han sido, mayores los ímpetus sobre los cuales puede elevarse progresivamente el alma en evolución.

Cuando alguien ha llegado a un punto donde puede mirar hacia adelante o hacia atrás y en ambas direcciones, al final del círculo ve la Presencia del Padre; él está en el centro completo o eje de su manifestación, y entonces avanza hacia dentro del Corazón de Toda Luz y Vida, convirtiéndose este en un viaje más simple, más feliz y más perfecto.

Bendito sea aquel, quien habiendo aparecido en la luna creciente, regresa sobre el pleno círculo, y en el Nombre de la Perfección encuentra su estado del Ser Completo. También cada cuerpo debe encontrar su Estado de Ser Completo, el cuerpo mental, el cuerpo emocional y el carnal.

A medida que ellos lo hagan así, individualmente, mientras estén encarnados, entrarán a ese lugar de Paz, y ya no serán por más tiempo perturbados por el “maya” de la creación humana.

Libro: Conciencia Divina, INEC

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