EJEMPLOS VIVIENTES DEL SERVICIO DIVINO

«YO SOY» únicamente un punto de Luz que vive, se mueve y tiene su ser en la Gran Luz del TODO, y en la aceptación de esta realidad Yo también acepto que «YO SOY» capaz de invocar y pedir aquí y ahora la Asistencia y Presencia del Amado Señor del Mundo, Gautama, del Amado Cristo Cósmico, el Señor Maitreya, del Amado Sanat Kumara Cuyo AMOR indescriptible envuelve a nuestra Tierra.

Nosotros invitamos, todos los Poderes del Gran Sol Central, los Amados Alfa y Omega, a los Amados Helios y Vesta; nuestro Dios Padre-Madre y a Todos los Soles Quienes sostienen nuestra Galaxia y demandamos que el ímpetu acumulado de Servicio de la Gran Hermandad Blanca y de la Jerarquía Espiritual nos convierta en ejemplos vivientes del significado del SERVICIO DIVINO

Al mismo tiempo que elevamos nuestras conciencias en la Invocación a las Observadoras Silenciosas en todas partes, les pedimos proyectar y sostener en nuestro interno el Concepto Inmaculado de la Perseverancia y la Obediencia sin el que Sus Propios servicios amorosos para nuestro Planeta no serían posible.

Amados Arcángeles que nuestra Luz sea sostenida por Sus Presencias así como sostienen Su Luz Infinita delante del Trono del Mas Alto, para que podamos decir con autoridad: ¡»YO SOY» LA LUZ DEL MUNDO! y aceptándolo ¡SER esa LUZ!

Nosotros· ahora invocamos a los Ángeles de todas las órdenes cie Grado y al Reino Elemental para que se unan a nosotros ahora y para siempre, como es sostenido tan amorosamente en el corazón de nuestro Señor y Rey, Saint Germain. Que podamos cumplir Sus deseos. Santificada sea Su asistencia en este momento…

Nosotros invocamos, aceptando sus Radiaciones combinadas, a los preciosos Seres Quienes son los Padrinos para este año y nos ofrecemos como canales conscientes para la  expansión de Su Radiación para que la humanidad pueda manifestar la LIBERACIÓN EN LA LUZ DE DIOS QUE NUNCA FALLA para producir la PERFECCIÓN, que es el único camino de retorno al HOGAR

Con gratitud para todos los Seres de Luz Invocados por Su asistencia.

La Palabra, junio 1987

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *