EL ESPÍRITU SANTO Y SU REGALO
EL AMADO JESÚS:
El Puente, agosto 1954
Regalo: Piedad, reverencia, gracia.
“El hombre que está impregnado del Espíritu Santo es fácilmente distinguible de las masas debido a su reverencia natural por todas las cosas santas, y por su respeto por las
creencias, fe, devociones y conciencias de su prójimo, a pesar de que su propia Luz pueda recordarle que tal ortodoxia no es necesariamente la plenitud de la verdad.”
La ausencia de menosprecio, orgullo espiritual y fanatismo distingue a tal hombre de aquellos que avanzan en las “cruzadas” de un tipo u otro, tratando de promulgar sus conceptos individuales con la espada cruel de la intolerancia en vez de la iluminación del alma a través del amor.
La reverencia por Dios humilde, sin ostentación, que no ofende la sensibilidades de su prójimo a través de la pretensión externa, sino que más bien la irradia a través de él con la gracia amorosa, es el Regalo del Espíritu Santo que está encarnado a través del Sexto Rayo.
El Maestro Jesús
La Palabra, febrero 1992