LA EVOLUCIÓN DE UNA OBSERVADORA SILENCIOSA

LA AMADA INMACULATA:

El Puente, junio 1961

Brevemente, Me gustaría decir que la evolución que final­mente resulta en la oportunidad de llegar a ser una Observadora Silenciosa, se inicia con el diminuto elemental quien es entrenado en el Reino de la Naturaleza bajo la dirección de la Amada María, la Santa Madre del Amado Jesús.

En estos Reinos magnificentes los diminutos elementales son entrenados para encarnar una forma bajo la supervisión de los Constructores de la Forma. Ellos se reúnen y el Constructor de la Forma crea desde dentro de Su Propio Cuerpo Luz una hermosa flor o algún diseño que es la lección del día.

Todos los pequeños elementales cuya naturaleza es (como sus propios cuerpos etéricos) reflejar aquello que miran, inmediatamente asumen la forma de la flor. Esto es simple, pero cuando el Constructor de la Forma ha transferido la forma de la flor a los elementales. El abandona la forma y asume Su propia forma como Instructor.

Entonces al elemental se le requiere concentrarse soste­niendo el patrón que es la lección del día. Muchos de ellos tan pronto como el Constructor de la Forma retorna a Sus túnicas magnificentes inmediatamente se convierten en pequeños Cons­tructores de la Forma ellos mismos y reflejan instantáneamente cualquier cambio en el Instructor.

Ellos son pacientemente entrenados y esto sucede era tras era hasta que ellos son capaces de retener la forma que el Cons­tructor de la Forma les dá independientemente, y ellos permanecen como una flor de manzana o un precioso melocotón, o lo que pue­da ser, durante la duración de la clase.

Cuando ellos se convierten en tales maestros, diminutos pequeños seres mentales, ellos están listos para salir y tratar de llegar a ser parte de la gran corte de Amaryllis y traer la belleza al mundo de la forma. Así es como comienza el entrenamiento de la Observadora Silenciosa.

Luego, ellos vienen y crean en algún hermoso Jardín bajo un Deva de la Naturaleza una rosa, una trinitaria, un hermoso lirio. Ellos se gradúan suben en la escalera de la evolución y lle­gan a ser, quizás, un Deva de la Naturaleza de un jardín. Enton­ces ellos son asignados, quizás, a una Observadora Silenciosa de un gran hospital, atrayendo las corrientes de curación hacia ellos mismos y proyectándolas hacia abajo con la radiación que es la bendición para la gente.

Ellos se gradúan a mayor servicio y se convierten en Devas como la Amada Columbia y aquellos Seres Quienes vigilan una nación entera. Ellos pueden llegar a ser grandes Devas raciales velando por las hermosas razas evolucionando, todos sosteniendo el poder de la concentración, subiendo la escalera, sosteniendo el Patrón Divino de lo más elevado para su nación, su raza o país.

De entre todos estos uno es escogido para trabajar con el Amado Maha Chohan y aprende a atraer esas corrientes magni­ficentes que gobiernan toda la naturaleza y Ellos llegan a un pun­to donde pueden aplicar para posiciones como los Elohim, los grandes Constructores de la Forma de planetas; y de los Elohim. se escogen las Observadoras Silenciosas.

Es un largo tiempo desde que encarné una flor y sin embar­go lo recuerdo bien. Recuerdo esos primeros días en que era tal tentación volar de pensamiento-forma en pensamiento-forma, y Yo decía: «Quizás pueda ayudar»! ¡Y ese es el por qué estoy aquí, porque todos somos servidores, servidores de la Ley. y servidores de toda su Vida!

Les doy Mi Paz, Mi Amor y sostengo para ustedes el Con­cepto Inmaculado, su propia Imagen de Dios Divina. ¡No he abandonado eso por un instante, porque si lo hubiera abandonado por un instante la imagen e integridad de su Diseño Divino, dado a Mí por los Amados Helios y Vesta también cesaría de ser en este universo particular!

¡Piensen cuánto tiempo he sostenido para ustedes el patrón que les pido ahora, sostener para ustedes mismos y entre sí!

La Amada Inmaculata

La Palabra, enero 1999

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