LA PULSACIÓN RÍTMICA DE LA LLAMA DIVINA

EL AMADO SERAPIS BEY

Como ustedes saben, hay siete cuerpos asignados a cada corriente de vida que son como las siete notas en una octava, que forman una expresión completa de la Música de Dios.

La pulsación rítmica de la Llama Divina fue destinada a expresarse a través de estos siete cuerpos en perfecto arreglo y armonía y, como los siete cuerpos están sincronizados con los siete planos de manifestación, cada uno de estos cuerpos enriquecería el plano particular del que forma parte.

Por ejemplo, del cuerpo emocional fluiría, desde la Pulsante Llama Divina, cierto acorde de música requerida por el Plan Divino para completar la creación total.

Cuando los siete cuerpos están en perfecta armonía, los siete planos de la naturaleza evolucionan rápidamente hacia el Plan Divino, a medida que cada cuerpo es hecho de los elementos a los cuales pertenece y realiza el propósito de la creación y la actividad natural de la corriente de vida.

Desde el momento en que los cuatro cuerpos inferiores llegaron a estar desconectados de la armonía del Ser Superior, la pulsación rítmica de la Llama Divina fue distorsionada y hay un estado constante de disonancia y falta de armonía a medida que la Nota Tonal de la corriente de vida se puso disonante emitiendo este tono recalificado a los elementos de la Tierra, el aire, el agua y el fuego.

Esto explica el tremendo caos en el Reino Elemental, además de la falta de equilibrio e inquietud de los seres externos de los hombres. Son canales no naturales para el sonido disonante y el primer propósito a lograr es poner los siete cuerpos de las corrientes de vida, nuevamente, en orden para trabajar cooperativamente.

El Amado Kuthumi les ha dicho que cada persona tiene una nota tonal, un tono musical y un tono de color y un ritmo que se duplica en el Rayo Complementario de cada corriente de vida.

Por favor mantengan en mente SIEMPRE la necesidad de traer sus propios siete cuerpos a la perfecta armonía, a través de la purificación y armonización de los cuatro cuerpos inferiores, y luego, como un bello instrumento musical, verdaderamente llegarán a formar parte de la Divinidad… UN SER DEL FUEGO BLANCO!

Amado Serapis Bey

El Puente a la Libertad, marzo 1979

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