LO QUE PIDAN RECIBIRÁN
LA SEÑORA DOÑA GRACIA
1 de Abril de 1988
He afirmado que la Rosa Rosada Inmaculada – descansando en la Mano de la Madre Divina – representa a su propio Cristo dentro. Quiero que sientan como la Madre María hizo con Su Hijo, Jesús. Su actividad… Su tarea… fue nutrir al Cristo para que Su conciencia se expandiera de forma que Él pudiera realizar Su misión sobre este Planeta exitosamente. Y así fue hecho.
Yo haré esto por ustedes, por cada querido ser. Les sostendré cerca a Mi Corazón, y les nutriré… les nutriré cuando deseen recibir este servicio. Les sostendré en la palma de Mi Mano, y esa Rosa se abrirá hasta florecer completa.
Esa Rosa es su propio Ser, y es Mi privilegio… Mi deseo… ayudar a cada bendita alma sobre este Planeta a ascender al cierre de esta encarnación, hacia dentro de la plena Luz de los Reinos Celestiales. Allí alguien puede progresar cuando su conciencia lo desea, porque es el deseo amoroso constante el que trae a la acción la manifestación.
Lo que pidan recibirán. Cuando entran a una tienda para hacer una compra, esperan dar alguna cosa en pago.
En los reinos internos, cuando hacen una petición (piden), y cuando reciben, saben que también desean dar de la magnificencia de los Regalos Espirituales que reciben.
Este es verdaderamente un tiempo feliz porque todos Nosotros en los Reinos Celestiales vemos a los hijos sobre la Tierra en sus diversas actividades, deseosos de convertirse en el Cristo en Acción.
Todas las rosas hermosas abriéndose en los corazones de los chelas los pétalos abriéndose lenta, suavemente, ellos son una Presencia activa de Dios… del Cristo. Algún día serán el Cristo crecido a la estatura completa, sin duda alguna!
Cumplirán su Plan Divino, el Plan que fue dado a ustedes cuando tomaron la encarnación sobre el Planeta Tierra. El tiempo que está involucrado naturalmente que depende de ustedes.
Sepan queridos seres que les daré toda la asistencia, exactamente como hizo la Madre María con Su Bendito Hijo.
Gracias… y Dios les bendice con la plenitud de la Gracia.
Doña Gracia
La Palabra, junio 1988
Me encanta la metafísica