MEMORIAS DE JUEVES SANTO

Lirio - Pureza

LA AMADA MADRE MARÍA:

Bien que recuerdo el Jueves Santo! Después que los discípulos y el Maestro habían terminado la “Ultima Cena” y se habían ido a Getsemaní, las demás damas y Yo llegamos y juntas recogimos la tela de lino que Yo había tejido y doblado cuidadosamente, sabiendo Yo misma, que dentro de un día esa tela envolvería el cuerpo de Mi Hijo aún vital, bello y resplandeciente!

La noche del Jueves Santo, Me comprometí en la más sentida oración de la cual fui capaz, porque el día siguiente iba a traerme la más grande prueba de Mi vida.

No viviremos ese día porque ha sido pasado victoriosamente.

Después que les habíamos dado a María y a Marta, y a aquellos que debían ungir el cuerpo de Jesús, la mirra y el incienso (cuidadosamente guardados, imaginarán, desde el momento del nacimiento de Jesús en un establo muchos años antes), Juan y Yo descendimos la colina hacia Betania. Allí de nuevo sostuve la vigilia con la ayuda del Amado Maha Chohan.

Mantuve esa vigilia a través de esos días mientras el alma de Jesús, separada del cuerpo, pasaba por los Reinos Psíquico y Astral y se preparaba para la gloria de Su Día de Resurrección.

Libro: Memorias de la Madre María -extractos-

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