PERMANEZCAN RESUCITADOS EN LA CONCIENCIA CRÍSTICA

Lirio

EL AMADO KUTHUMI:

(Shamballa, Long Island)
14 de Abril de 1982

Sepan, si puedo recordar un poquito, en Mi encarnación como Francisco, supe sólo del Maestro Jesús.

Oh, estaba consciente de los Espíritus Elementales. Estaba consciente del Dios Padre. Estaba consciente del Espíritu de Dios moviéndose a través de la Tierra, especialmente en la gente humilde, en la tan llamada gente modesta, pero no tenía lo que ahora ustedes tienen en el comienzo de la Nueva Era —la tremenda habilidad de conocer y usar INNUMERABLES facetas de la Conciencia Divina y los medios y las formas mediante los cuales pueden perfeccionarse a sí mismos y transformar todo un planeta al mismo tiempo.

 Toqué no más que pocos corazones profundamente como para dejar una impresión suficiente, y les pido a ustedes considerar hacer la misma cosa; que con los regalos que están recibiendo en esta Semana Santa, por favor toquen al menos unos pocos corazones y dejen una impresión lo bastante profunda con su sustancia de Luz Electrónica, para que la transformación de persona a persona comience a ocurrir sobre este Planeta.

Permanezcan purificados, transfigurados y resucitados en la Conciencia Crística…  Y puedo decirles que algunas veces en el Cielo sostenemos nuestro aliento con expectativa cuando la Luz se incrementa sobre este Planeta…

Mucho está siendo logrado en esta Celebración de Semana Santa a través de un tremendo anclaje de Luz sobre este Planeta —dentro de los corazones de los hombres, mujeres y niños en todas partes.

Y así que naturalmente, queridos seres, les estamos muy, pero muy agradecidos.

Deseo envolverles en la Sustancia Electrónica de Mi Propia Radiación. Siéntanla ahora como si tomara a cada uno y los sostuviera en Mi abrazo, imprimiéndoselas con Mi Propia Bendición Electrónica, profundo, profundo, profundamente dentro de sus almas.

Somos viejos amigos, cada uno de nosotros. Somos hace tiempo miembros de la misma Familia de Dios que ha estado tratando durante eones de tiempo de resucitar este Planeta de vuelta a su gloria original.

Y, preciosos seres, estamos muy cerca. Y con ese pensamiento maravilloso, les digo «adiós».

El Amado Kuthumi

La Palabra, julio 1982 pág.21 -extractos-

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