UN MENSAJE DE NAVIDAD

EL AMADO MAESTRO JESUS:

25 de diciembre de 1953

Queridos Amados Hermanos y Hermanas:

Estoy con ustedes siempre – especialmente cuando el rayo invalorable de su propia vida es volcado voluntariamente hacia Mí, en súplica, en invocación, con gratitud amorosa, o en la contemplación de Mi Mundo, Mis Obras, o Mi Conciencia.

La humanidad todavía no se ha dado cuenta plenamente del tremendo poder que yace dentro de la atención de aún la corriente de vida más indisciplinada, porque a través de la energía que fluye desde el individuo hacia cualquier persona, lugar, condición o cosa, la puerta es abierta hacia dentro del mundo personal de ese individuo para el anclaje del bien o mal de acuerdo al sujeto contemplado.

En la celebración de la Época de Navidad Mi Madre y Yo tenemos la oportunidad particular de bendecir la vida porque la atención de muchos individuos se vuelca hacia Nosotros.

Cada canción, cada oración, cada ceremonia de la iglesia, cada tarjeta y exhibición que recuerda a la conciencia externa del Cristo es una o más puertas abiertas a través de las cuales podemos verter Nuestro Amor, Nuestro ímpetu acumulado de Luz, y Nuestra Conciencia Maestra Ascendida hacia dentro del mundo de la forma.

¡El tema de Mi Mensaje de Navidad para ustedes quienes ya han salido de las masas y han significado a la Vida que desean convertirse en un Maestro de las circunstancias y en un Dios libre de la limitación es LA LEALTAD A DIOS!

¡LA LEALTAD se construye sobre EL AMOR! EL AMOR se desarrolla a través de la contemplación de los regalos y bendi­ciones y de la bondad de la vida que resulta de un benefactor -humano o Divino. ¡Conocer a Dios es amarle! ¡Amarle es creer, con cada fibra y átomo de su ser, que El es TODO PODEROSO! ¡Contemplen por un momento el significado de esa afirmación!

¿Cuan leales son sus sentimientos al PODER TOTAL DE DIOS PARA QUE ACTUÉ INSTANTÁNEAMENTE SIEMPRE cuando USTEDES le llaman a la manifestación en su punto en el uni­verso?

No es la conciencia tímida, incierta, ligeramente esperan­zada que busca explicación racional a las apariencias quien indica la LEALTAD A LA FE ILUMINADA EN DIOS para manifes­tar la perfección instantáneamente. Es más bien la conciencia que CREE que la Naturaleza de Dios es dar toda cosa buena y perfecta a Sus propias creaciones, a los hijos de Su Corazón quienes fueron exteriorizados por Él con AMOR a fin de multi­plicar Su propia Divinidad e incrementar los centros a través de los cuales se pudiera exteriorizar la perfección.

Por un momento, miremos Mis propias experiencias que han formado el patrón del pensamiento religioso del ciclo pasado de tiempo. Mi ministerio entero, y Mi Victoria también, estuvo basada en la LEALTAD absoluta en sentimiento, pensamiento, palabra y acción a la convicción de que Dios, el Padre, no era sólo TODO PODEROSO en Su propia Esfera de Actividad, sino tam­bién en la Mía – donde quiera que estuviera en cualquier mo­mento dado.

No podía permitirme a Mi mismo ni siquiera pensar por un momento en la posibilidad de un poder opuesto a Dios, dentro de Mí o fuera de Mí. No Me atrevía a dejar la privacidad comparativa de Nuestra humilde morada hasta que Me había ANCLADO YO MISMO en la realización activa de que Mi Padre, Quien Me había creado y enviado fuera al mundo para represen­tarlo y manifestar Su Voluntad, pudiera rechazar responder po­siblemente a Mi llamada, o retener la asistencia inmediata, mi­lagrosa. Victoriosa Divina cuando quiera que debiera invocarle para disolver las sombras, disipar el error, o hacer resplandecer el Fuego de la Perfección a través de las apariencias, haciéndolas ceder ante el Diseño Divino.

¡Qué es la apariencia más temerosa sino una masa de energía concentrada calificada humanamente! Piensen en eso por un momento; luego – ¿Es la calificación humana más po­derosa que la Calificación Divina? ¡No, gracias a Dios! ¡Dentro de esa masa de energía está la vida aprisionada – el propio cuerpo del Dios Padre Madre esperando las invitaciones para aparecer y arrojar la calificación humana y, respondiendo a la Calificación Divina – SER PERFECTA!

Ustedes o son leales al poder de la calificación humana o son leales al Poder de Dios a través de ustedes, o a través de cualquiera de los hijos de Dios, para compeler la sustancia y energía para la manifestación de acuerdo a la dirección del momento.

Transité los caminos de la Tierra y compartí los instrumen­tos de expresión en este mundo físico con los demás espíritus encarnados de Mi época. Trabajé a través de un mundo de sentimiento, un mundo mental, un mundo etérico, un cuerpo físico justamente como cada uno de ustedes hace hoy.

Estuve en posesión de los cinco sentidos a través de los cuales se pudieron haber registrado las tremendas apariencias de mal que se ha­bían estampado a sí mismas sobre la carne de Mi prójimo, ade­más sobre la sustancia arrollada de la envoltura etérica, y en el recipiente nublado de la mente.

Vi la presión del deseo que impelía al débil a sucumbir ante la lujuria y la pasión, pero sabía que era imperativo que Me recordara a Mi mismo constante­mente del hecho de que la energía y sustancia respondía a la calificación. Cierto – pero mientras estaba aprisionada por la calificación humana, podía ser liberada instantáneamente por el Poder de Dios para actuar de una manera acorde con Su Volun­tad Divina.

Si ustedes son leales a un amigo, creen en su bondad potencial; en su esfuerzo, en toda forma, para pararse al lado de él a pesar de la apariencia. ¡Oh, las benditas madres de la raza! ¡Cómo ellas han manifestado esta lealtad para los hijos de su carne! PERO, ¿dónde está la LEALTAD DIVINA al PODER TOTAL DE SU PADRE – DE SU MADRE CÓSMICA – para hacer resplan­decer a través de ustedes y alrededor de ustedes instantánea­mente la Llama Cósmica de la Liberación de las sombras, dolor, limitación y aflicción?

Hijos de Dios, la medida de la lealtad de un hombre a Dios está determinada por lo que él permite que permanezca en su mundo, su cuerpo, sus asuntos, su hogar, y su aura.

La sumi­sión a las circunstancias es deslealtad al Padre. No quiero decir una exhibición violenta externa de celo emocional. Quiero decir un mirar hacia adelante a la Naturaleza de ese Padre Celestial hasta que ustedes SE DEN CUENTA de Su Poder como supremo, aún sobre la apariencia de la muerte, hasta que lleguen, a través de la contemplación, a amarle realmente lo suficiente como para confiar en El para responder instantáneamente a su más ligero suspiro o a su más fuerte comando para manifestar Su Gloria, Su Liberación, Su Curación, Su Suministro, Su Voluntad en su punto en el universo.

Les doy a ustedes, como Mi Bendición de Navidad, Mi lealtad al hermoso Padre de la Luz y a Su exquisito Complemento – su propia Madre Cósmica. Confío en que cuando se muevan hacia adelante hacia el nuevo ciclo… puedan iniciar su día contemplando el Amor y Poder de su propio Dios, y caminar durante cada período de veinticuatro horas sin dar poder, fidelidad, ni lealtad a ninguna apariencia que pudiera confron­tarles, ni sintiendo, ni siquiera por un instante, miedo o incertidumbre, sino sabiendo que donde están – ESTA DIOS, y Su Poder actúa INSTANTÁNEAMENTE cuando se le llama a la acción.

¡Que tengan una Navidad Santa y un Año Nuevo Victorioso Divino!

Jesús

La Palabra, diciembre 1993

2 comentarios en “UN MENSAJE DE NAVIDAD”

  1. Alicia Iglesias.

    EN EL NOMBRIE PODER Y AUTORIDAD DE MI DIVINA PRESENCIA. YOSOY MULTIPLICANDO .BENDICIONES.POR ESTE MENSAJE DE AMOR DIVINO. INSTRUCCIÓN, DEL AMADO MAESTRO JESUS,EN SU CONCIENCIA ASCENDIDA.COMO ÁNGEL MICAH. TODAS LAS BENDICIONES EN ESTA NAVIDAD. FELIZ NAVIDAD!!! GRACIAS GRACIAS GRACIAS

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