La Conciencia es el Centro Creador

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                  La conciencia es el centro creador desde donde toda forma y toda exteriorización manifiesta resulta. Cada vida dotada con conciencia debe experimentar dentro de sí misma el control y la maestría de los procesos del pensamiento y sentimiento que forman los centros creadores en este Reino de Causación.

                  Todo lo de la evolución experimentada en una encarnación y  existencia está diseñada principalmente para que el ser individualizado de un esquema en particular pueda crear y tener sostenida como su posesión permanente una Conciencia de Luz vitalizada capaz de existir de acuerdo al diseño y el deseo de tal ser.

                  De vida en vida, desde el nacimiento hasta la muerte, no hay más que una posesión permanente de una corriente de vida, y esa es la CONCIENCIA que él ha desarrollado – tejiendo sus hilos dentro de su ser con cada aliento que el respira.

Aun en los estados cósmicos y ascendidos, todo lo que Nosotros tenemos en Nuestra propia Conciencia, sin periferia en cuanto  a la oportunidad se refiere, para expandir, desarrollar y madurar; y a través de ésta, –Nuestra Conciencia – y a través de ella sola, es que podemos y hacemos el servicio a la Vida.

Nuestros regalos para cualquier miembro de la raza humana inclinada a volcar su atención hacia Nosotros, consiste en dar de la sustancia y Naturaleza de Nuestra propia Conciencia y experiencia, compartiendo de ese modo libremente Nuestra herencia de centurias con aquellos quienes aspiran al desarrollo de una conciencia que les capacitaría para existir y estar en un reino superior a la efluvia exteriorizada de los centros creativos no desarrollados de las masas.

                  Toda instrucción, toda radiación, toda impresión desde el Gurú hacia el discípulo son para enriquecer, disciplinar, expandir y acelerar su evolución, y para desarrollar y madurar los instrumentos de creación que el discípulo está desarrollando a través de la experiencia de la vida, y si un hombre en el curso de sus setenta años, surge en el final de su encarnación con una conciencia más rica, él no ha vivido en vano.

                  El contacto y la asociación con las Mentes Superiores, y el sentimiento puro de los Seres Celestiales debería ser causa de gran regocijo, porque el contacto con una Conciencia Superior debe, necesariamente, impregnar al ser expuesto con un cierto mayor contagio del despertar Divino.

Libro: Conciencia Divina, LAINEC

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