EL ESPÍRITU DE LA GRAN HERMANDAD BLANCA

Saint Germain - Royal Teton

EL AMADO SAINT GERMAIN:

El Puente, enero 1975 (Extractos)

El Espíritu de La Gran Hermandad Blanca tiene muchos Mensajeros en el Reino Divino, porque todo Ser Perfeccionado está únicamente dispuesto a responder también a este Espíritu y servir en cualquier nivel de conciencia donde exista una necesidad por más Luz.

La Hueste Angélica es particularmente Mensajera de este Espíritu, y ese es el por qué, en esta Nueva Era, es parte del deber del Séptimo Rayo traer un entendimiento profundo a las mentes externas de la humanidad en cuanto a la Naturaleza de los Ángeles, Su Realidad y Su deseo de servir a la Tierra y Sus evoluciones.

Estoy comprometido ayudando a traer este entendimiento a las personas quienes puedan y acepten la asistencia de los Ángeles.

La cooperación de la Hueste Angélica con seres humanos iluminados es parte de la Nueva Era – la cual es Mi alegría traer a la Estrella de la Liberación.

Bien pueden preguntar qué sostuvo a los Santos Inocentes y a la gente de la Luz antes de la venida de los retrasados y la creación de maya, que motivó a Sanat Kumara a venir a la Tierra y crear el Espíritu de La Gran Hermandad Blanca.

Les diré: fue el Espíritu de la Presencia “YO SOY” Cósmica Cuya acción vibratoria era y es tan alta que la conciencia actual de siquiera la gente más desarrollada espiritualmente sobre la Tierra hoy no podría llegar a Ésta.

Se debió reducir esta Presencia “YO SOY” Cósmica a una acción vibratoria que pudiera ser asimilada por las almas perezosas de los hombres para que Sanat Kumara creara el Espíritu de La Gran Hermandad Blanca, (un hijo, – ustedes podrían decir, – de la Presencia “YO SOY” Cósmica).

Con la misma Misericordia… el Gran Sol Central, y su propia Presencia “YO SOY” individualizada reducen la acción vibratoria de Sí mismo al Santo Ser Crístico.

No significa eso que cualquiera de los procesos de disminución de la acción vibratoria de Dios permite que se registre imperfección. Es sólo perfección, moviéndose mas lentamente para el beneficio de aquellas conciencias que no pueden alcanzar la acción vibratoria sutil del Cosmos.

Todo actúa de acuerdo a la Ley, al igual que sus grandes corrientes eléctricas que son conscientemente magnetizadas y reducidas en frecuencia, para que ellas puedan ser usadas para iluminar sus hogares y sus Templos.

La velocidad de vibración de cualquier Regalo Divino está siempre determinada por la receptividad de aquellos quienes pueden ser beneficiados por ésta. La frecuencia de esta vibración está siempre bajo el control de la Inteligencia Divina, y nunca es impactada por impureza.

Sólo en la octava humana la frecuencia de vibración llega a estar manchada con impureza – porque no está bajo el control consciente del individuo dirigiendo la frecuencia de la manifestación.

Pueden tener una frecuencia muy lenta pero perfecta cuando la inteligencia dirigiendo los electrones para moverse a cierta rata de velocidad conscientemente los dirige para hacerlo así por una razón impersonal y dirigida Divina.

Así que cuando Nos manifestamos a través de Nuestra radiación y Nuestras instrucciones, conscientemente bajamos la frecuencia de la acción vibratoria de Nuestra instrucción y radiación a un punto donde la conciencia del cerebro pueda recibirla. Sin embargo, somos Maestros de esa energía y sus movimientos.

A medida que la conciencia externa de la humanidad sea acelerada, – la velocidad de esa conciencia será acelerada, y no tendremos que usar tanta energía vital para realizar esta reducción de las Gracias que deseamos dar.

De ese modo acelerar las estaciones receptoras – (la conciencia externa de la gente) significará una tremenda conservación de Nuestras energías, además de las energías del Espíritu de La Gran Hermandad como un todo.

En los años desde que el Amado Gautama se convirtió en el Señor del Mundo, el Espíritu de la Gran Hermandad ha continuado expandiéndose, – siempre envuelto en el Puro Amor Divino a través del cual el Amado Sanat Kumara, – Nuestro Regente, magnetizó este Poderosos Espíritu.

Saint Germain

La Palabra, marzo 2007

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *