OBEDIENCIA Y ORDEN DIVINO
EL AMADO SERAPIS BEY:
El Puente, marzo 1969
La Obediencia, como el Orden, es una de las primeras Leyes del Cielo. Cada Ser Divino sigue las Leyes de Obediencia y Orden Divino en la ejecución de Sus respectivos Servicios a la vida.
Con frecuencia los chelas no ascendidos, serios y sinceros aunque puedan rebelarse contra la obediencia a una Inteligencia Superior están sintiendo que están perdiendo su sentido de independencia y el derecho a la expresión misma.
Como Jerarca en Luxor, he aprendido, durante muchas centurias, las excusas engañosas de las personalidades quienes desean sinceramente la cosecha de la Liberación Espiritual, aun aferrándose tenazmente a esos rasgos de la propia personalidad lo cual hace imposible alcanzar tal Liberación.
Existen disciplinas que son ofrecidas amablemente en Luxor en donde y por medio de las cuales los chelas pueden superar estas imperfecciones de carácter y alcanzar una Liberación Espiritual duradera. Sin embargo, pocos hay quienes están dispuestos a aplicar la instrucción dada, morar dentro de las disciplinas establecidas y conocer la alegría que viene en la cooperación amorosa con su Instructor Quien les conduce siempre hacia Dios.
Las disciplinas practicadas por ‘razón de deber’ crean rebeliones internas en el alma y estos chelas no pueden sacar provecho permanentemente debido a eso.
Otros chelas, saben que mediante el uso de estas disciplinas en cooperación amorosa con su Instructor se gradúan más rápidamente hacia esa Liberación hacia la cual toda la humanidad aspira.
No soliciten la entrada a las disciplinas provistas por la Hermandad de Luxor si buscan únicamente un paliativo para la limitación y molestias personales. Tales paliativos NO son los Regalos de Luxor.
Nuestro Regalo para la raza humana, Ángeles aprisionados y toda vida elemental imperfecta es la redención permanente de la energía calificada destructivamente y el alivio permanente dentro de la Liberación del Diseño Divino natural para cada reino, y al cierre del servicio de cada uno sobre esta dulce Tierra, la Ascensión en la Luz.
Serapis Bey
La Palabra, mayo 2002 -extractos-