TODA LA OBEDIENCIA A LA VERDAD ABSOLUTA

Jesús, Amanecer, Sol

EL MAESTRO ASCENDIDO JESÚS:

25 de Septiembre de 1979

Me regocijo de estar con ustedes… buscadores Espirituales de la Verdad!

Cada uno de ustedes está entrenándose, y han sido entrenados por miles y miles de años. Y sin embargo, aún hoy, algunos de ustedes todavía creen que habrá un mañana. Ustedes no saben lo que sucederá mañana… así que háganlo HOY!

La negligencia ha sido la caída del hombre. Si han de desarrollarse espiritualmente, tendrán que reunir toda la Obediencia, toda la Disciplina, todo el coraje y la fuerza de su Poder Espiritual y físico, para aferrarse a lo que ustedes saben que es la Verdad absoluta.

En todo el mundo hay grupos leales y dedicadas corrientes de vida con las cuales podemos contar en un momento dado.

Hay ciertos símbolos de reconocimiento que Nos muestran a Nosotros y a los Miembros de la Hueste Angélica, y a aquellos que trabajan desde los Reinos Internos (los Reinos Etéricos) quiénes son… quién es su identidad Divina, y podremos verles y saber que allí está un servidor de la LUZ; un transformador a través del cual podemos trabajar en cualquier momento, — sea en un hospital, o una fábrica, o en una oficina o aun manejando en la autopista, donde pueden bendecir a sus compañeros a medida que pasen.

Deseamos impregnarlos con estas Enseñanzas de la Nueva Era como nunca antes, elevarlos a ese nuevo nivel, a esa nueva vibración de conciencia que tienen que realizar antes de que puedan adelantarse en el Sendero Espiritual de la Nueva Era.

Elevo Mis manos en Bendiciones, y los inundo con la Luz del Cristo. Sientan esa Esencia penetrar sus seres, y sepan que son uno con su Presencia Crística; Uno con su Presencia «YO SOY»; Uno conmigo; y Uno con todos Mis Hermanos y Hermanas de la Jerarquía Cósmica, que están para servirles mientras estén encarnados.

Dios les bendiga, Mis preciosos amigos, y les animo a moverse hacia adelante y hacia arriba, hacia las cosas superiores.

Les amo a cada uno de ustedes

El Maestro Ascendido Jesús

La Palabra, noviembre 1979 -extractos-

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