CULTIVANDO UN SENTIMIENTO PACÍFICO

EL MAHA CHOHAN:

El Boletín, Vol. 3, Nº 21
22 de agosto de 1954

La vida como saben es una actividad de energía y vibración – un recibir y un dar. Constantemente estamos recibiendo, a través del latido de corazón, la vida inmaculada, y constantemente estamos, justamente a través de nuestros pensamientos y sentimientos individuales, transmutando su cualidad en cualquier expresión que la disposición del momento dicte, cuando todos nuestros esfuerzos deberían estar centrados en la elevación de la cualidad de nuestra energía a través del pensamiento y sentimiento conscientemente dirigido hacia la naturaleza divina de esta vida pura que está fluyendo hacia dentro de nuestro uso tan generosa y tan incesantemente.

A menudo escuchamos decir: ‘Oh, como deseo pudiera ver y sentir la Presencia de los Ángeles’. Saben- los Ángeles son muy parecidos a los pájaros, y a al reino de la naturaleza en general, tales como el ciervo joven y el conejo, o cualquiera de la raza amable que representa al reino de la naturaleza.

Si ustedes estudian la reacción de estas pocas criaturas ante la vibración, comenzarán a entender el requerimiento de las vibraciones pacíficas y amables que capacitarán a un pájaro a posarse sobre su mano o a un ciervo joven a acostarse a sus pies, y esta misma vibración es requerida para traer y sostener la presencia de la Hueste Angélica durante su meditación o como una presencia protectora dentro de su casa o alrededor de las corrientes de vida de aquellos que sientan ustedes mismos dedicados en el momento.

Cultivar ese sentimiento pacífico en ustedes mismos, que pueden probar una y otra vez mediante la reacción del reino de la naturaleza físico hacia ustedes, es prepararse para convertirse en co-trabajadores con el Reino Angélico y de ese modo asistir grandemente en su flujo de amor y Luz a la gente de la Tierra.

San Francisco de Asís podía atraer cualquier criatura del bosque mediante su radiación de paz y su amor real por estos seres, y estaba rodeado constantemente de incontables miembros de la Hueste Angélica quienes le obedecieron en más de una ocasión protegiendo y sosteniendo vidas, disolviendo plagas y previniendo tormentas de furias catastróficas.

Así que los individuos que llegan a ser uno con la conciencia y radiación de la Hueste Angélica podrían caminar en el centro de un tornado y regresar esa energía a la paz; y estas personas serán un poder extraordinario en los días por delante.

Ellos también serán una Presencia comandando paz, a través de la radiación solamente, teniendo un efecto aquietante sobre las naturalezas turbulentas de aquellos con los que se reúnen en el curso ordinario de sus vidas diarias.

Estamos comenzando ahora una búsqueda mundial de voluntarios, y sentimos con buena esperanza que podemos entrenar suficientes del reino humano para que cuando la Hueste Angélica entre a la encarnación en grandes números haya ya centros establecidos en los cuales ellos graviten naturalmente por medio del curso natural aparente de los eventos.

Bendiciones y Amor,
El Maha Chohan

CS VOLUMEN XIV- Número 36 – 1992